La mujer vasca ha sido el puntal de la familia y de la casa. Aunque durante décadas ha tenido menor influencia en el ámbito social, ella ha sido la transmisora de la cultura y la vida tradicional, y puente entre las distintas generaciones. Además ha desempeñado diversas labores tanto dentro como fuera del hogar: ha sido madre, esposa, campesina, lavandera, bendejera, lechera...
Las mujeres de Lezama se han desplazado multitud de veces en tren, para traer la ropa de los bilbainos y lavarla en sus casas; para ir a vender los productos del caserío y de la huerta en el mercado de la Ribera y el Ensanche; para repartir la leche de casa en casa... No debemos olvidar que los pueblos del Txorierri han sido el granero y la huerta de la capital.
Ellas guardan fielmente en su memoria aquellos viajes y aquellos tiempos.